La larga tradición de los estudios de Fisioterapia nace de la necesidad de ofrecer a la sociedad
profesionales de la salud que prevengan, diagnostiquen y traten secuelas o deterioros físicos, discapacidades agudas o crónicas, etc. Además de esta importantísima labor, los fisioterapeutas deben contar con una buena formación y actitud humana, para ayudar a los pacientes en los procesos, a veces dolorosos, de su recuperación.
Algunas de las
salidas profesionales a las que los alumnos pueden acceder al finalizar el grado son:
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Fisioterapeuta en hospitales.
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Fisioterapeuta en centros de atención primaria.
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Fisioterapeuta en unidades asistenciales especiales: quemados, parapléjicos, etc.
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Fisioterapeuta en mutuas de Salud.
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Fisioterapeuta en entidades asociativas de pacientes con patologías específicas: Parkinson, Fibromialgia, Esclerosis Múltiple, etc.
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Fisioterapeuta en salud laboral y en equipos forenses de valoración del daño corporal.
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Fisioterapeuta en Residencias o Centros de Estancia Diurna.
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Docente universitario y en enseñanza secundaria y formación profesional.
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Fisioterapeuta en colegios de Educación Especial, colegios de Integración o Centros de Estimulación Temprana.
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Fisioterapeuta en centros y club deportivos, gimnasios
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Emprendedor con clínica propia.
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Fisioterapeuta en piscinas, balnearios, spa, etc.