Madrid, 03 de octubre de 2013. Las nuevas tecnologías permiten, cada vez más, realizar numerosos procedimientos quirúrgicos poco agresivos que conllevan una recuperación más rápida del paciente.
Es el caso de la artroscopia, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que sirve para llevar a cabo procedimientos dentro de una articulación. Mediante esta técnica, el cirujano hace unas mini-incisiones (generalmente dos) por las que se introducen la óptica (un estrecho tubo de fibras ópticas pegado a una mini-cámara) y los instrumentos específicos para cada articulación. Las imágenes se agrandan y se proyectan en un monitor de vídeo, que pueden ser evaluadas tanto por el cirujano como por su equipo.