Con motivo de la celebración ayer 27 de mayo del Día del Celiaco y que hoy, 28 de este mismo mes, es el Día de la Nutrición, la nutricionista y directora de la Unidad, Luján Soler, destaca que "cada vez hay más diagnóstico de intolerancia a la lactosa y la fructosa, en donde la prevalencia de estas dos puede llegar hasta el 50% de la población. En cuanto a las alergias alimentarias, son más frecuentes en niños, pero cada vez vemos a más adultos diagnosticados y en la mayoría de los casos, son multialérgicos. Por prevalencia, seguiría la enfermedad celíaca y luego por supuesto hay otros casos pero menos frecuentes como por ejemplo la esofagitis eosinofílica o la intolerancia a la trehalosa". Asimismo, la importancia de un diagnóstico precoz radica en la reducción de complicaciones secundarias, menor grado de desnutrición y además mejor adherencia al tratamiento.
El primer paso ante la sospecha de sufrir algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria debe ser acudir al médico general, quien en los casos que considere oportuno derivará al especialista, para que sea éste quien tras una exploración, el estudio de la historia clínica del paciente y sus antecedentes y la realización de pruebas diagnósticas determine si sufre algún tipo de alergia o intolerancia. A este respecto el método más utilizado para diagnosticar las intolerancias a la lactosa y la fructosa es el test de hidrógeno espirado, en las alergias alimentarias, principalmente las pruebas cutáneas y en la enfermedad celíaca, el análisis de sangre.
Diferencias entre alergia e intolerancia
La nutricionista de HM Hospitales Luján Soler recuerda que la alergia y la intolerancia son dos cosas totalmente distintas "la intolerancia alimentaria tiene que ver con los hidratos de carbono (lactosa, fructosa, trahalosa, entre otros) y en ésta hay reacción adversa a los alimentos pero sin compromiso del sistema inmunológico, mientras que las alergias alimentarias son reacciones adversas a los alimentos en donde sí hay compromiso inmunológico y generalmente está mediada por la IgE. La persona con alergia alimentaria, tiene una reacción antígeno-anticuerpo con las proteínas de los alimentos".
Además, sus síntomas también son diferentes. Mientras que en la intolerancia los más habituales son las náuseas, los vómitos, el estreñimiento y la diarrea, en las alergias nos encontramos con problemas respiratorios, dermatológicos y como desencadenante en muchos casos, el shock anafiláctico.
"Por su parte, la enfermedad celíaca es una reacción adversa al gluten, de mecanismo autoinmune, no mediada por la IgE, sino que por las IgG e IgA. Las personas no toleran las proteínas (gluten) de ciertos cereales. Entre los síntomas, también están los digestivos, motivo por el cual a veces es tan complejo el diagnóstico en el adulto, confundiéndose con intolerancias alimentarias, enfermedad de Chron o colitis ulcerosa", indica la especialista de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario HM Madrid. En la actualidad, se estima que el 1% de la población tendría enfermedad celiaca, aunque no todos están diagnosticados.
Dietoterapia, tratamiento principal
Tanto en las alergias como en las intolerancias el tratamiento principal pasa por la dietoterapia, ya que es primordial estar bien asesorado por un dietista-nutricionista. "Al acudir a un especialista éste pautará un tratamiento personalizado al paciente teniendo en cuenta los síntomas, antecedentes, edad, sexo y estilo de vida, consiguiendo a través del abordaje nutricional corregir por ejemplo la anemia ferropénica, la anemia megaloblástica (déficit de Vitamina B), la hipercolesterolemia o el déficit de vitamina D y C que tienen muchas de las personas que están aquejadas de alergias o intolerancias alimentarias", apunta la nutricionista Luján Soler.