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¡A correr... pero con ojo!

31/07/2017 15:00

Correr está de moda. Es un hecho. Si hace unos años se veían personas corriendo de forma esporádica y en lugares concretos, hoy en día los corredores de todas las edades son habituales en calles, parques, paseos y playas.

​El Dr. Miguel Santiago, especialista en Medicina Deportiva del Policlínico HM Matogrande (A Coruña), analiza este fenómeno que trasciende lo meramente deportivo y entra de lleno en el terreno de la salud. 


En opinión del doctor, son muchos los factores que han contribuido al boom del running, desde los intereses comerciales de las marcas, que tienen en esta actividad un mercado ingente, hasta el ejemplo de personajes conocidos o la preocupación por la salud y el buen aspecto. Asimismo, hay gente que quiere permanecer joven a pesar de los años y ven en el deporte una vía para conseguirlo. Y también tiene que ver la crisis, ya que correr es más barato que otro tipo de actividades deportivas. Además, no es tan necesario estar sujeto a un horario, es más flexible y cómodo. Por no hablar de los aspectos sociales y relacionales.

 

El Dr. Santiago insiste en que correr aporta muchos beneficios para salud: "Por un lado, en los planos cardiovascular, respiratorio y muscular, estar activo permite que el organismo funcione mejor. Además, mejora la autoestima, las relaciones sociales y facilita la integración en un grupo". Pero no hay que perder de vista que también tiene aparejada una serie de riesgos.

 

Por una parte, están los riesgos vinculados al sistema locomotor. "Es un hecho que correr favorece el riesgo de lesiones. El corredor asume que unos días le dolerá la rodilla y otros el tobillo. Pero lo importante es minimizar al máximo esos riesgos", explica. Por ejemplo, después de un período de sedentarismo prolongado, es mejor empezar poco a poco, con unos objetivos mínimos, hasta que el organismo se vaya habituando de nuevo al ejercicio.

 

También existen riesgos cardiorrespiratorios. Aunque no son muchos, sí existen casos de muerte súbita en el transcurso de una carrera. En algunos países como los Estados Unidos recomiendan hacer una prueba de esfuerzo a toda persona mayor de 35 años que quiera empezar a hacer un deporte. Si no se hacen unas pruebas mínimas, pueden aparecer problemas ocultos de tipos cardíaco, metabólico o endocrino. Además, es muy importante valorar el momento en el que se sale a correr, escoger una indumentaria y equipación adecuadas o incluso modificar la planificación de la actividad si las condiciones ambientales así lo requieren.

 

"Todas las personas nacemos preparadas para caminar, lo que no quiere decir que todos estemos en condiciones de correr", afirma el Dr. Santiago. Si existe un sobrepeso muy acusado, es preferible caminar, ir al gimnasio, nadar o hacer otra actividad mientras se pierde ese exceso de peso, antes de empezar a correr. Cuando el organismo es joven, responde mejor, pero con más edad y un período de desadaptación de la estructura muscular, requiere más tiempo. No se puede ir de la nada al todo, es imprescindible un período de adaptación del organismo, tanto a nivel muscular como cardiorrespiratorio.

 

Para saber si estamos en condiciones de correr con regularidad o no, la única manera es someterse a una evaluación médica. A veces, los problemas que se detectan se pueden arreglar, pero otras es mejor cambiar el tipo de actividad, por la seguridad del deportista.

 

Lo recomendable es empezar con una intensidad baja e ir incrementándola poco a poco. Eso sí, manteniendo una regularidad. "También es bueno alternar la carrera con un trabajo de tonificación, necesario para preparar los músculos, y, si es posible, buscar el consejo de un profesional que te ayude a planificar el entrenamiento, establecer los ritmos de carrera, etc."

 

Atención a los niños

Un colectivo a cuidar especialmente, además de las personas mayores y las que toman algún tipo de medicación, es el de los niños. Ellos no tienen la misma capacidad de termorregulación que los adultos -recuerda el Dr. Santiago-. "Un niño motivado o incentivado en exceso puede llegar a tener un problema porque no va a ser capaz de autorregularse", indica. Cuando un niño suma varias horas de entrenamiento semanales al ejercicio habitual que hace en las clases de educación física y en sus ratos de ocio con sus amigos, es necesario tomar precauciones y hacer un control médico para descartar problemas tanto de tipo muscular como cardiorrespiratorio. Problemas que, muchas veces, detectados a tiempo, tienen solución o se pueden corregir. Corriendo se le exige mucho al corazón. "Y mucho cuidado cuando el niño presenta pitidos al respirar al hacer ejercicio", incide.

 

Los retos, mejor asumibles

Todos los expertos coinciden en que está muy bien plantearse retos que uno pueda llegar a hacer, pero asumir retos imposibles es una osadía. "Hay quien dice que es una cuestión de cabeza, de mentalidad... Y es verdad, pero siempre y cuando se haya hecho una planificación correcta y un trabajo adecuado. No se trata solo de querer, sino de poder. Si quieres, puedes y entrenas, el resultado será muy satisfactorio; pero si el reto está por encima de nuestras posibilidades, además de la frustración, puede traer aparejado un problema de salud serio", asegura el Dr. Santiago. Está de moda correr maratones o ironmans, "pero no podemos plantearnos correr un maratón dentro de tres meses si acabamos de empezar a correr después de quince años de sedentarismo", agrega.

 

El especialista concluye que, desde un punto de vista institucional, sería necesaria una política seria para velar por la seguridad del deportista y, desde el ámbito individual, es importante informarse bien. Si se lleva tiempo sin hacer ejercicio, es recomendable someterse a un reconocimiento médico para valorar el estado físico. "No hay que olvidar que correr es para disfrutar y encontrarse mejor", dice.

 

 

 


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