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¿Agotado, irritado y con falta de concentración? Podría ser apnea del sueño

19/11/2019 3:00

El 5% de la población adulta y el 2% de la infantil padece el síndrome de apnea/hipopnea del sueño (SAHS), un trastorno por el cual nuestra respiración se interrumpe repetidamente mientras dormimos. Si es usted varón, padece obesidad, ronca y siente que no descansa bien durante la noche, sepa que su perfil coincide con el del prototipo de estos pacientes y quizás ésta sea la respuesta.

Los expertos en Neurofisiología, Dra. Adela Fraile Pereda, Neumología, Dr. Máximo Gómez Fernández, y Otorrinolaringología, Dr. Alfredo García Fernández, de HM Hospitales nos hablan de los síntomas que deben hacernos sospechar y de cuáles son las opciones terapéuticas. 




No tiene cura, pero determinados cambios asociados al estilo de vida y los tratamientos actualmente disponibles permiten a los pacientes que sufren del síndrome de apnea/hipopnea del sueño mejorar significativamente su calidad de vida.

 

Factores de riesgo

Aunque no es exclusivo del varón ni de la edad adulta, lo cierto es que este trastorno es entre dos y tres veces más frecuente en el hombre y su prevalencia aumenta con el paso de los años. Además, suele darse en personas que padecen obesidad y en aquellas de cuello corto y grueso. El riesgo se incrementa cuando existen antecedentes familiares, cuando hay un consumo habitual de alcohol, sedantes o tranquilizantes y, especialmente, entre los fumadores. Asimismo, determinadas enfermedades como el hipotiroidismo o la acromegalia incrementan el riesgo.

 

Síntomas

Como explica el Dr. Máximo Gómez Fernández, responsable de la Unidad de Neumología del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, "los síntomas pueden ser somnolencia, cefalea matutina, falta de concentración, irritabilidad, pérdida de la libido e incluso depresión". Además, a menudo, estos pacientes se despiertan durante la noche para orinar.

En estos casos, subraya la Dra. Adela Fraile, especialista en Neurología y Neurofisiología y responsable de la Unidad del Sueño del mismo hospital, "la pareja puede observar la aparición progresiva de pausas respiratorias mientras duerme", lo que puede también hacernos sospechar.

Ante la presencia de alguno de estos síntomas, se debe acudir al médico y es que, además de una mala calidad de vida, apunta la Dra. Fraile, "el SAHS se asocia a mayor morbilidad cardiovascular, neurocognitiva y metabólica, riesgo de accidentes y mortalidad".

 

Diagnóstico

Existen distintos tipos de SAHS y para diagnosticarlo y determinar de qué tipo se trata el papel del neurofisiólogo es fundamental. "Nuestro papel -explica la Dra. Fraile- es el diagnóstico mediante la realización de estudios polisomnográficos nocturnos basales y de titulación de CPAP", uno de los tratamientos que han demostrado mejores resultados.

La polisomnografía basal, apunta, se lleva a cabo en la Unidad del Sueño y consiste en "registrar la actividad eléctrica cerebral, los niveles de oxígeno en la sangre, la frecuencia cardíaca y los movimientos respiratorios, de los ojos y de las piernas durante una noche".

Además, subraya el Dr. Gómez, "es muy importante hacer una buena historia clínica". Esto implica indagar en los factores de riesgo, en las enfermedades preexistentes y en los síntomas. Asimismo, señala, "debemos conocer si existen unos malos hábitos del sueño como dormir pocas horas, hacerlo con aparatos electrónicos en la habitación o siestas prolongadas".

Por su parte, el otorrinolaringólogo se encargará de la exploración física del paciente para el estudio de las estructuras orofaríngeas y la valoración de alteraciones anatómicas que puedan favorecer los eventos obstructivos.

 

Tratamiento

En el caso de que haya sobrepeso u obesidad, afirma el Dr. Gómez, se aconseja siempre la pérdida de peso. Asimismo, hay que corregir aquellos hábitos que puedan estar interfiriendo en el descanso.

En cuanto al tratamiento que ha demostrado mayores beneficios y se considera actualmente de primera línea, este es la CPAP, acrónimo de Continuous Positive Airway Presssure. "Se trata –explica- de dispositivos que proporcionan una presión positiva en la vía aérea de forma que impiden el colapso de sus estructuras a nivel de la orofaringe y, de este modo, la mantienen abierta posibilitando la respiración. Para ello, emplean un compresor, un tubo y una interfaz". Aunque existen varios tipos, el más usado es la mascarilla, bien sea nasal u oronasal.

 

Cirugía

 

En algunos pacientes, la intervención quirúrgica es una opción a tener en cuenta. Como explica el Dr. Alfredo García Fernández, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, "es el caso de aquellos con apnea del sueño leve o moderada en los que exista una causa concreta de obstrucción de la vía aérea superior como hipertrofia de amígdalas, de paladar o de base de lengua". Asimismo, añade, "muchos de los pacientes con apnea severa del sueño presentan obstrucción nasal por desviación de tabique o hipertrofia de cornetes y necesitan resolverla tanto para someterse a un tratamiento quirúrgico de la apnea como para utilizar con eficacia la CPAP".

 


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