La SBRT permite administrar, en pocas sesiones y con gran precisión, dosis muy altas de irradiación sobre el tumor de forma muy eficaz, con mínima toxicidad sobre tejidos sanos circundantes y provocando pocos efectos secundarios en el paciente que, en general, no ve alterada su calidad de vida.
Esta práctica requiere un alto nivel tecnológico y los equipos que realizan estos tratamientos tienen que cumplir unos requisitos y unos controles de calidad que garanticen una alta precisión y aseguren la correcta administración de estas terapias.