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Salvamos tres vidas

14/06/2016 2:00

Cada año se realizan en nuestro país más de un millón y medio de donaciones de sangre y cada una de ellas puede salvar tres vidas. No hay unos grupos sanguíneos más importantes que otros y todos son bienvenidos porque a diario, sólo en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, es preciso atender una demanda que alcanza las mil donaciones. Casi todos podemos ser donantes y, directa o indirectamente, todos nos beneficiamos de este gesto en algún momento de nuestras vidas.

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Cada donación salva tres vidas porque cada unidad donada es fraccionada y de ella se obtienen tres componentes que serán recibidos por tres pacientes diferentes.


La Dra. Sara Varea, especialista en Hematología y Hemoterapia y responsable del Servicio de Transfusión de HM Hospitales, nos cuenta en qué consiste este proceso y cómo cada uno de nosotros puede también contribuir a salvar vidas.

Unos dos millones de personas son donantes de sangre activos en España y el motivo principal que les lleva a realizar este gesto, periódicamente o en momentos puntuales, son las ganas de ayudar.

A estos hay que añadir quienes se movilizan en ocasiones muy concretas, cuando se realiza una campaña de donación. La respuesta a estos llamamientos, como la maratón que dos veces al año realiza HM Hospitales, es muy positiva y contribuye de manera importante a preservar la salud de la población, nos explica la Dra. Sara Varea.

Maratones y campañas o la petición puntual cuando se produce una catástrofe llegan incluso a duplicar las tasas donación. "Todos somos conscientes y hemos visto la movilización ciudadana cuando hay una catástrofe. Esta labor está siendo facilitada hoy en día por las redes sociales, con llamamientos y campañas de motivación en Facebook, Twitter… además de los SMS habituales que se difunden desde cada Centro de Transfusión", explican. Detrás de todo esto, hay un gran esfuerzo y trabajo diarios que persiguen la donación regular ya que la demanda es constante y la sangre donada tiene un período de conservación limitado.


¿Quién puede donar?

La mayoría de la población cumple los requisitos para ser donante, aunque, por supuesto, existen una serie de restricciones dirigidas a asegurar la idoneidad de la sangre y a preservar la integridad tanto del donante como del receptor. Para ello, todo el que acude a donar sangre debe inicialmente rellenar un cuestionario que permite discriminar rápidamente entre quién puede y quién no puede donar. Por ejemplo, es preciso pesar más de 50 kg y estar sano. De esta forma, no es posible donar si en ese momento o recientemente se ha atravesado un proceso infeccioso o si se padecen determinados problemas de corazón, riñón o pulmón, entre otros.

Asimismo, determinadas medicaciones impiden ser donante mientras se toman. Existen también algunas limitaciones relacionadas con la edad, de tal forma que sólo se puede donar desde los 18 años hasta los 65, aunque en algunos casos esto se hace extensivo a los 70.

Todas estas cuestiones están reflejadas en el cuestionario y cualquier duda al respecto puede ser solucionada en el momento por las enfermeras que acompañan a los potenciales donantes durante el proceso.

 

 

¿Es mi grupo más útil que el de otros?

Todos hemos escuchado en alguna ocasión hablar de la importancia de que aquellos que tienen grupos sanguíneos minoritarios donen, sin embargo, como apunta la Dra. Varea "todos son bienvenidos. Lo que ocurre es que la demanda es diferente. Aunque parezca extraño, el grupo A positivo es uno de los más necesitados porque la mayoría de la población lo es y, por tanto, es la que más se usa. Después vendrían, por este orden, el 0 positivo, el A negativo y el 0 negativo. El Rh negativo nos permite transfundir a población positiva y negativa, pero la reserva es muchísimo menor, por lo que se ahorra el máximo posible. En cuanto al 0 negativo, aunque en 'cuarta posición', todos sabemos que ante el desconocimiento del grupo sanguíneo en una urgencia es el grupo elegido, por eso lo necesitamos para cubrir tanto la población 0 negativa como las urgencias transfusionales".


Unos dos millones de personas son donantes de sangre activos en España y el motivo principal que les lleva a realizar este gesto, periódicamente o en momentos puntuales, son las ganas de ayudar


Salvar vidas

"Cada donación -señala la Dra. Varea- salva tres vidas porque cada unidad donada es fraccionada y de ella se obtienen tres componentes que serán recibidos por tres pacientes diferentes". Las situaciones que habitualmente requieren una transfusión son las de urgencias.

Casi un 25% se destina a intervenciones quirúrgicas, cerca del 20% a anemias crónicas, un 12% a trasplantes, el 10% a partos y hasta un 25% a hemorragias graves y pacientes de cáncer y leucemia.

Por eso, puede decirse que, al final, de uno u otro modo toda la población se beneficia de la donación.

Sin embargo, el número de donantes es todavía escaso y las reservas de sangre limitadas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, sólo el 5% de los madrileños es donante activo, aunque esto no quiere decir que done periódicamente. El porcentaje de donantes puntuales es mayor, si bien se desconoce la cifra exacta. El objetivo, apunta la Dra. Sara Varea, "es convertir la donación en un hecho habitual, es decir, fidelizar a los donantes".


El proceso es sencillo y una vez que ha finalizado "la satisfacción del donante es mayúscula". Y es que el hecho de donar es un acto de generosidad que repercute en beneficio de toda la sociedad.


El proceso

La donación consta de tres partes fundamentales. La primera consiste en la encuesta, la entrevista y la exploración física del donante. Tras comprobar que es apto, una enfermera procede a la extracción.

Apenas son necesarios 10 minutos para completar la donación.

Por último, se establece un tiempo prudencial de recuperación que depende de cada persona.

Una vez extraída, la sangre es transportada al Centro de Transfusión correspondiente. Allí, las muestras extraídas durante el proceso son estudiadas para confirmar que la sangre es óptima para su uso y la unidad completa pasa al área de procesamiento. La sangre total se fracciona para conseguir tres hemoderivados principales (concentrados de hematíes, plaquetas y plasma). "Cada uno de estos componentes requiere de un tratamiento y una conservación diferente. Así, los hematíes se almacenan en neveras a cuatro grados centígrados; las plaquetas, por su parte, necesitan agitación continua y temperatura ambiente, y del plasma una parte se destina a la industria para hacer fármacos procoagulantes y otra se congela entre -36ºC y -40ºC y almacena en congeladores", explica la Dra. Varea.

Cada muestra de sangre es rigurosamente analizada, por eso, en caso de que se detecte alguna anomalía, por ejemplo, una enfermedad infecciosa, el Centro de Transfusión envía el informe correspondiente al donante para ponerlo en su conocimiento.

 

¿Quién regula este proceso?

En España, todo el proceso de donación de sangre está regulado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que garantiza el cumplimiento con la normativa europea y los estándares de calidad exigidos. En el ámbito autonómico, es cada Centro de Transfusión quien decide qué hospitales o unidades móviles son aptas para la extracción y toda la sangre donada se registra, etiqueta y almacena en los Centros de Transfusión correspondientes para abastecer las peticiones de cada hospital. El transporte entre ambos está protocolizado y legislado, de esta forma se garantiza la óptima conservación de cada componente (hematíes, plaquetas y plasma).​​​

 

Mi primera vez

Quienes acuden por primera vez a donar, comenta la Dra. Varea, no saben muy bien qué es lo que va a suceder, sin embargo, el proceso es sencillo y una vez que ha finalizado "la satisfacción del donante es mayúscula". Y es que el hecho de donar es un acto de generosidad que repercute en beneficio de toda la sociedad, por eso, quienes se animan a hacerlo no sólo le pierden el miedo sino que se sienten satisfechos de haber contribuido con su acción a salvar la vida de otros.

 

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