¿A qué llamamos ortorexia nerviosa?

La ortorexia nerviosa (ON) es un término acuñado por Bratman en 1997. Se denomina ON a la preocupación excesiva por ingerir alimentos saludables y llevar a cabo prácticas restrictivas con el objetivo de inferir en la imagen y/o figura corporal. Estas prácticas interfieren en la vida laboral, personal y social de la persona (Barrada y Roncero, 2018).

En este sentido, estudios científicos muestran que las prácticas dietéticas restrictivas promueven una mala relación con la comida, siendo esta última un factor predisponente de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA; Amor et al., 2014; Ojeda-Martín et al., 2021).


¿Cómo se puede identificar si hay que mejorar la relación con la comida?

Investigadores mencionan que las personas con prácticas ortoréxicas nerviosas pueden llegar a hacer cambios dietéticos similares a los de las personas con una relación saludable con la comida, como introducir en su estilo dietético alimentos saludables (Fidan et al., 2010), lo que hacía complejo establecer una línea de separación entre una relación saludable o no saludable con la alimentación. 

Por otro lado, Barrada y Roncero (2016), identificaron que el exceso de preocupación por la alimentación saludable unido al coste social, laboral y personal se asocia a una mala relación con la comida. Además, mencionaban la importancia de conocer la finalidad con la que se realizan las prácticas dietéticas, por ejemplo, si el objetivo de restringir alimentos es cuidar la imagen corporal, estaríamos teniendo una mala relación con la comida, sin embargo, si la finalidad es cuidar la salud, como parte de la identidad, estaríamos teniendo una buena relación. 

Dado la complejidad de esta separación, Dunn y Bratman (2016) establecieron criterios para definir una mala relación alimentaria, que se asociaría con:


  • Preocupación obsesiva y/o excesiva por ingerir alimentos sanos.
  • Práctica restrictiva de alimentos altos en calorías.
  • Introducción de prácticas purificantes como ayunos intermitentes, cuyo único fin es modificar la imagen corporal. 
  • Si no se llevan a cabo estas prácticas dietéticas restrictivas puede llegar a generar sentimiento de vergüenza, malestar, miedo y/o angustia en la persona. 
  • Además, estas prácticas son peligrosas ya que pueden ocasionar pérdida de peso severa y/o malnutrición.


¿Qué se puede hacer para mejorar la relación con la comida?

La experiencia personal de cada individuo permite establecer la relación con la comida. De pequeños solemos asociar el dulce como un premio a un buen comportamiento, conceptualizando este tipo de alimento como “prohibido”. Esta asociación generada en la infancia influye en la adultez, por ello hay personas que ven el dulce como recompensa por haber terminado la jornada o haber realizado las labores de forma correcta. 

Además, desde que nacemos, se nos enseña a categorizar alimentos como buenos o malos para nuestra salud y/o imagen corporal, lo que predispone una mala relación alimentaria. 

El doctor Ricardo Andrés Pérez, menciona que la restricción de alimentos y/o las prácticas dietéticas promueven los trastornos alimentarios. Si se restringen alimentos, el cuerpo los asociará como algo prohibido, lo que promoverá una mayor incitación de estos. La restricción lleva a una pérdida de control en la ingesta de ese alimento, generando un sentimiento de malestar seguido de conductas compensatorias desadaptativas (por ejemplo: deporte excesivo, uso de laxantes, restricciones de determinados alimentos o comidas, etc.), convirtiéndose así en un círculo vicioso.  

Por lo tanto, es importante que comprendamos que ningún alimento es malo en sí, sino la práctica que hacemos de este alimento.

Un ejercicio que podemos llevar a cabo para mejorar la relación con nuestra comida es el “mindful-eating”. Esta práctica promueve la alimentación saludable y nos permite tener una atención plena en los alimentos que ingerimos haciendo más saludable y consciente nuestra alimentación.



Autora: Noelia Fuentes y Natalia Moreno

Psicóloga de la Unidad de Atención Psicológica de HM Hospitales y Coordinadora Responsable de la Unidad de Atención Psicológica Especializada de HM Hospitales.


Para más información o citación podéis llamar al teléfono 900 10 29 24 o escribir un correo electrónico a: psicologia.hmps@mail.hmhospitales.com


Teléfono atención al paciente: 800 088 050





 
To Top